17/09/2019 Tecnovent

Protección de la Biodiversidad con la NOM-059-SEMARNAT-2010

México es un país con una gran variedad en la biodiversidad, tanto en sus tierras como en sus aguas. No obstante, como sucede en todo el planeta, la evolución misma de las especies —así como algunas acciones humanas— ha provocado que varios seres vivos se encuentren en peligro de extinción. El decrecimiento en su población aumenta año con año, y es por eso que en la actualidad más de 2500 especies se encuentren protegidas por las leyes mexicanas mediante la NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-059-SEMARNAT-2010, la cual tiene por objeto identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo a lo largo de toda la República Mexicana.

Este artículo busca concienciar acerca de la importancia de cuidar la biodiversidad en el país, y por ello nos enfocaremos a hablar sobre uno de los anfibios más característicos de la Ciudad de México para así poder contribuir a su protección. Se trata de un curioso batracio que en los últimos años ha ganado mucha popularidad en todo el mundo, llegando incluso a ser buscado como mascota por algunas personas. Todo esto, aunado a otros muchos factores, ha llevado a la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) a considerar al ajolote como un animal en situación de critically endangered, es decir, en grave peligro de extinción.

El ajolote de Xochimilco o Ambystoma mexicanum, es un anfibio acuático que pertenece al orden de las salamandras. Es muy interesante desde el punto de vista biológico, ya que aun siendo adulto, conserva rasgos larvales. Por esta condición, que se conoce como neotenia, es posible observar en estos animales las branquias externas en forma de plumas, y su aleta dorsal de renacuajo. A pesar de que en las salamandras típicas tales características se pierden en la metamorfosis que los conduce a la adultez, los ajolotes son capaces de reproducirse sin sufrir estos cambios morfológicos. Al parecer, son múltiples los factores que les permiten llegar al estado adulto conservando caracteres juveniles, pues los ajolotes son incapaces de producir algunas hormonas que activan el inicio de la transformación.

Desde la perspectiva de la biología, el ajolote ha sido el principal protagonista de múltiples estudios conducidos por investigadores de diversas nacionalidades. Como puede suponerse, gran parte del interés que motivó las primeras investigaciones sobre el ajolote fue la neotenia y la regeneración de tejidos; sin embargo, en la actualidad los estudios sobre aspectos ecológicos del ajolote se consideran de gran relevancia y son elaborados, dirigidos o promovidos por científicos de renombre como el Dr. Luis Zambrano, investigador de la máxima casa de estudios del país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para muchos, el ajolote es considerado endémico de la Ciudad de México, es decir, el área de distribución de la especie no va más allá de los límites políticos de la capital, lo que lo hace completamente chilango, y una especie que comparte con el resto de sus habitantes diversas problemáticas y un futuro incierto. Según Aguilar-López et al. (2013), la distribución de esta especie abarcaba un área aproximada de 600 km2 en la época de la conquista, la cual comenzó a decrecer con la gradual desecación de la cuenca, quedando cada vez más restringida hasta llegar a la época actual, donde su presencia se ha limitado al sistema de canales del antiguo lago de Xochimilco y posiblemente al lago Tláhuac-Chalco.

Hoy en día, Xochimilco depende del agua que llega de la planta de tratamiento del Cerro de la Estrella que llena los canales de manera artificial, pues no existen más los ojos de agua que alimentaban naturalmente a estos canales. Como es de suponerse, el agua disponible para los ajolotes es de mala calidad, y si a esto le agregamos el deterioro general del hábitat por el dragado de canales y la influencia de las cercanas poblaciones humanas, entenderemos el grave problema al que se enfrenta este anfibio, quien prefiere zonas sombreadas y tranquilas para establecerse y reproducirse.

Actualmente, el ajolote tiene el estatus de “en peligro de extinción (P)” bajo la NORMA OFICIAL MEXICANA NOM-059-SEMARNAT-2010, que al calce nos dice: “Esta Norma Oficial Mexicana tiene por objeto identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en la República Mexicana, mediante la integración de las listas correspondientes, así como establecer los criterios de inclusión, exclusión o cambio de categoría de riesgo para las especies o poblaciones, mediante un método de evaluación de su riesgo de extinción y es de observancia obligatoria en todo el Territorio Nacional, para las personas físicas o morales que promuevan la inclusión, exclusión o cambio de las especies o poblaciones silvestres en alguna de las categorías de riesgo, establecidas por esta Norma”.

Autor del Artículo

Tecnovent

Empresa que brinda soluciones de colección de partículas contaminantes para la industria farmacéutica

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